“Me Gusta Darle Las Oportunidades Al Jugador Misionero”

En su oficina, Pico Salinas prepara cada jugada de su Mitre versión Federal A.
Foto: Marco IsaacEn su oficina, Pico Salinas prepara cada jugada de su Mitre versión Federal A.
Foto: Marco Isaac

Le tocó defender los colores de Guaraní, Crucero y Rosamonte. Jugó en la elite del fútbol argentino y tuvo de maestro al «Pato» Fillol. Aprendió a manejarse como un profesional y eso buscó inculcarles a sus jugadores una vez que dejó los guantes y se puso el buzo de DT.
Miguel Ángel Salinas, Pico, peleó por ser arquero de la sub 20 de la Selección, entrenó con los campeones del mundo del 86, pero siempre mantuvo el perfil bajo. Sueña con un equipo misionero de nuevo en lo más alto del fútbol argentino.
Hoy en Mitre lleva adelante el proyecto de un club que considera “cambió de hábitos” y por eso vive un buen presente a nivel futbolístico con el ascenso al Federal A logrado hace pocos meses.

¿Qué cambió del Pico jugador al Pico entrenador?

Ser jugador es una etapa muy distinta a la del entrenador. El jugador está más preocupado en esas dos o tres horas de trabajo y después tiene casi todo el día libre. Como entrenador es distinto, tenés que estar pensando en esas tres horas que estás trabajando y durante todo el día, mirando al equipo contrario, viendo a los jugadores que tienen problemas y hay que estar ocupándose de varias cosas. Y después las cosas del club, que no falte nada, que esté todo ordenado.

¿Qué cambió del fútbol que vos jugabas a este en el que te toca ser técnico?

Son etapas. Para mí hay que tratar de crecer, de actualizarse como todo el mundo, como en la vida. Y en el fútbol de antes también había menos televisión, menos teléfono, menos redes. Se sabía muy poco de los equipos. La etapa de hoy no es que es mejor que la de antes. Son etapas que uno tiene que aprender.

¿Y era más difícil tener oportunidades en el fútbol de antes?

Para mí en el fútbol de antes era muy difícil tener oportunidades. No había redes, no había tanta televisación. Ahora hasta del Federal A pasan los partidos. Streamings o canales pasan los partidos y los jugadores se pueden mostrar.

En nuestra época, la única vez que yo me pude mostrar fue en el 86, un montón de años atrás, cuando jugué el Nacional B con Guaraní. Pasaban los partidos y los goles nomás. Y tampoco pasaban los partidos enteros y vos te podías mostrar en ese pedacito. Después era el boca en boca de quiénes eran los jugadores más importantes de cada club. Ahora hay gente que sigue a jugadores, clubes que siguen a jugadores fijos en tal lado, creo que en eso hay mucha diferencia con lo que era antes.

Te mostraste en ese Guaraní del 86 y tuviste tu chance en Buenos Aires…

Pensaba que iba a ser mi única oportunidad. Jugar el Nacional B con Guaraní fue el trampolín. De ahí me citaron a la selección argentina juvenil. Después pasaron dos años y viene un representante y me lleva directamente a Vélez para hacer mi primer contrato. Creo que tuve suerte en el sentido de que una persona me estaba siguiendo y me llevó. El fútbol es difícil, no todos llegan.

Hay que ser conscientes de que nosotros, los misioneros, estamos lejos. Es difícil que se acerque gente acá. Por eso hoy que están Crucero y Mitre en el Federal hay que cuidarlos como oro porque ya hay dos vidrieras para Misiones y ojalá que haya tres o cuatro. Eso le hace muy bien al fútbol. A veces es difícil que los chicos entiendan qué es ser profesionales porque en Misiones cuesta mucho y no tenés tanto margen para equivocarte.

Y en ese momento que te fuiste, ¿estabas preparado?

Yo jugaba en el Regional, para mí fue un cambio muy grande porque encima me toca ir a un equipo que tenía figuras muy grandes como (Oscar) Ruggeri, Ricardo Gareca, el Pato Fillol, Esteban González y el Ratón Zárate. Para mí era algo nuevo, muy lindo, porque me incorporaban a un plantel muy grande.

Hice un cambio a nivel personal porque si no cambiás creo que perdés mucho lugar. Siempre se los digo a los chicos: el tren pasa una vez y hay que tratar de agarrarse fuerte para estar ahí arriba.

¿Y cómo fue llegar a ese primer vestuario con esos monstruos?

Tengo una anécdota del primer día que estuve en el vestuario. Era un vestuario gigante, había una mesa para dos personas, tres, bien en el fondo y cuando un jugador nuevo va, no sabe a dónde sentarse. Entonces, lo primero que atiné a hacer fue a sentarme en una esquina, lejos de esos lugares porque no quería molestar y me acuerdo que entra Ruggeri, va a la mesa, entra Gareca, va también a esa mesa y por último entra el Pato Fillol y también va a esa mesa. Saca su termo y su mate y se sentaban los tres ahí para tomar mate y ahí veo que viene el Pato hacia mí y me pregunta si yo era el arquero que venía de Misiones. Y ahí me dice ‘bueno, a partir de mañana te sentarás al lado mío’. Yo iba a ser el cebador de mate de él porque soy de Misiones. Son las experiencias lindas que uno tuvo y Fillol también desde ese día siempre pidió que yo esté con él para que yo aprenda a ser un arquero profesional. Es una gran persona el Pato, todo el mundo lo quiere.

¿Qué te enseñó de ser profesional que vos hoy tratás de inculcar?

A nivel profesional siempre me decía que nunca copie lo que hace otro arquero, que cada arquero tiene su personalidad, su forma de trabajar, su forma de jugar. Después me enseñaba cómo alimentarme, era increíble las cosas que consumía. Cosas que yo no veía nunca: salvado, polen, todas cosas con vitaminas.

Me enseñó también que después de la práctica tenía que ir al gimnasio a la tarde, tratar de descansar mucho. Tuve un maestro al que por suerte hasta hoy puedo saludarlo y hablar cosas con él porque hicimos una buena amistad en ese año.

Cuando te volviste DT siempre les diste lugar a los jugadores misioneros…

Para mí darles lugar a los jugadores misioneros es como si fuese el año que me dieron el lugar en Guaraní. Yo de inferiores de Guaraní pasé al plantel del Nacional B 86-87. Me dieron la oportunidad de pelear un lugar y después poder jugar en el Nacional B. Me gusta darle las oportunidades al misionero, quiero que aprovechen al cien por ciento. Los jugadores que pude incorporar como Iván Molinas, Mauro Siergiejuk, son jugadores que demostraron que están a la altura. Siempre les quiero dar la oportunidad, pero también depende mucho de ellos. Siempre les digo a todos los jugadores que las oportunidades se las ganan ellos, nosotros nos regalamos oportunidades. Ellos tienen que demostrar en la semana lo que están mejorando y que quieren un lugar en el equipo.

¿Y qué falta para que Misiones tenga un equipo en la Liga Profesional?

Jugadores de Misiones hay un montón. Creo que lo demostró Crucero cuando estuve yo, Mitre ahora, que por suerte cuando asciende tenía más del 70 por ciento de misioneros. Contra Sol de América (el fin de semana pasado) tuve 11 jugadores de Misiones en el plantel. A los jugadores (de Mitre) siempre les digo que ellos salieron campeones de la Liga Posadeña dos veces, en el Provincial dos veces. Tuvimos también la ocasión de ascender al Federal. No salieron campeones por nosotros, por el cuerpo técnico, salieron campeones por el cambio de hábito que tuvieron.

Salieron campeones por su cambio de hábito, de pasar de ser amateurs a ser más profesionales. De ir al gimnasio, de no jugar fútbol de barrio. El que juega en Mitre no puede jugar en otro lado. Y para mí eso es el cambio de hábito, de entrenar todos los días, de no regalar nada. El club (Mitre) cambió un montón. Es un club ejemplo, apenas pudo entrar a un Federal para los chicos, se metió para darles más oportunidades a los jugadores. Y creo que eso es bueno, y si muchos hicieran eso, también iba a haber mucha competencia interna en la Liga, para que nosotros también podamos fomentar al jugador de la Liga y puedan llegar al Federal A.

Si en la Liga se cambian los hábitos de los jugadores y de los clubes, creo que va a haber más competencia. Sé que cuesta mucho dinero entrenar, jugar en los clubes, pero con poco uno puede cambiar mucho.

Mitre no fue de un día para el otro. Fue cambiando cada día y los jugadores se merecían lo que hicieron, porque cambiaron sus hábitos, entrenaron al cien por ciento y siempre quisieron cada vez más para poder progresar.

¿Qué significa el fútbol en tu vida? ¿La oportunidad que te dio el fútbol?

Mi vida fue más futbolística que otra cosa. Dejé muchas cosas de lado, estudios, facultad, fiestas de 15 años, no fui de viaje con el quinto año, no tuve fiesta de egresados, muchas cosas dejé. También me acompañó mi familia, mis padres, mis hermanos, después mi señora, quien siempre estuvo a la par mía, y eso, creo, que es la primordial para cualquier deportista. Cambia tu vida y creo que todo lo que logré a nivel deportivo se lo agradezco a mi familia. El fútbol es corto y hay que preocuparse, tratar de hacer algo o poner algo. Yo tengo mi negocio familiar, hay que ser conscientes de que nosotros como deportistas tenemos la vida muy corta.

¿Volverías a hacer todo lo que hiciste?

Sí, lo volvería a hacer. Para mí fue lo mejor el fútbol. Siempre digo, uno tiene más fracasos que victorias, pero es lindo, uno aprende con eso. Yo tuve muchas derrotas en el fútbol, me costó muchos años llegar al objetivo que quería como jugador y ahora como cuerpo técnico. Como jugador llegué a perder diez finales de ascenso y sin el apoyo de la familia iba a ser difícil seguir y seguir.

¿Y cómo hacés para que tus jugadores o tus hijos entiendan? Porque hoy parece que todo es rápido.

Mis hijos y mi familia siempre entendieron. Por suerte tengo una familia espectacular. El fútbol es un trabajo y es lo mismo que cualquier trabajo. Si vos no hacés, no respetás las consignas, ni en el trabajo ni en el fútbol vas a andar bien. Y en el fútbol, lamentablemente, todos los domingos uno tiene que demostrar que está a la altura de la circunstancias. La gente es más exitista por el resultado que por el funcionamiento. Pero creo que Mitre logró un funcionamiento acorde, de un conjunto. Mitre logró lo que logró porque en la mesa nunca le faltaron las cuatro patas.

Los jugadores son los primeros, primordiales, sin ellos no se logra nada. Segundo, los dirigentes. Tercero, la gente que ayuda alrededor, los utileros, la gente del club y la misma hinchada. Y nosotros (el cuerpo técnico) somos la cuarta pata, que tratamos de acomodar todo eso para que el equipo ande bien.

¿Cómo se trabaja en Mitre?

(Bruno) Mariani siempre apoyó, tuvo un proyecto y lo respeta mucho. A nosotros nos gustó desde el primer día y nos deja trabajar. Mitre a mí siempre me dejó trabajar tranquilo, me dejó hacer las cosas a nivel deportivo y después consensuamos en todo. Con Mariani, con José Ortega, con Pato Esteche, con la gente que nos acompaña como el presidente Sebastián Macías. Siempre estamos espalda con espalda, cuando se pierde, cuando se gana.

Hace casi dos años estamos y siempre hubo un grupo unido, con diferencias que siempre van a estar, pero nosotros tratamos de no equivocarnos y de no errar en las decisiones para no perjudicar al club.

Mientras estamos en el Federal A, el club tiene que crecer rápido para afianzarse. Nuestro objetivo es salvarnos del descenso y en el segundo año ver qué quiere el club. Si quiere estar entre los cuatro o estar siempre lejos del descenso para afianzarse primero en la categoría y después fomentar las inferiores, ir armándose para tener un respaldo más grande.

¿Es difícil manejar un vestuario? ¿Te tenés que amoldar?

Antes era muy difícil para mí los primeros días, cuando empecé a dirigir. Ahora entendí muchas cosas y sí, soy fastidioso. Yo siempre les digo a los chicos que lamentablemente siempre busco un error para tratar de mejorar. Si el jugador hace el gol, todos sabemos que fue lo mejor que hubo, no hace falta que yo lo adule. Lo que más cuesta es aceptar los errores y nosotros tratamos de, con el cuerpo técnico, arreglar, de subsanar ese error para no tenerlo más. Y creo que eso también los jugadores lo entienden.

Tengo mezclada gente grande y mucha gente chica, pero el jugador entiende y tiene que entender. Porque si no entiende, es difícil que se incorpore al grupo que uno arma, porque si no siempre va a estar en otro camino.

Cuando fuiste a la Selección, te tocó ir al predio de Ezeiza…

Para mí fue algo muy lindo. AFA te mandaba los pasajes de avión y parábamos en un hotel en Constitución. De ahí tomábamos el subte, íbamos a Viamonte (sede de la AFA) y de ahí viajábamos a Ezeiza a entrenar. Primero no lo podía creer. En esa época pude compartir con toda la selección del 86, salvo con Diego Maradona. Después, con todos entrenamos. Ese año nos preparábamos para ir al Mundial de Arabia Saudita (1989) y quedé como tercer arquero. El titular era Bonano, el segundo era Cristante y el tercero era yo.

Fue una linda experiencia porque ellos me hicieron sentir muy bien. Nery Pumpido me buscaba del hotel para llevarme a Ezeiza. Lo teníamos a Bilardo, a Pachamé y siempre cuento que a Bilardo le gustaba que todo fuese perfecto. A mí me dieron una media con un agujerito y yo fui a entrenar con eso, estaba hablando él y me dice: ‘Misionero, esa media está rota’. ‘Sí, no hay drama -respondí-’. ‘No, señor, váyase y cámbiese, pídale al utilero una media nueva. Usted está en la Selección, no puede estar con esa media’. Son cosas que uno aprende en la vida y fue algo lindo porque en la selección argentina, en la juvenil, me mezclé con todos ellos.

Te cruzaste con varios ídolos…

Sí, mi ídolo era Luis Islas, después también fue Goycoechea. Nery Pumpido me buscaba con un 147, pero la verdad en mi casa no tengo fotos. Yo casi no hablo de mi vida futbolística, pienso que lo que hice de acá para atrás ya pasó y mi cabeza está de acá para adelante, lo que yo hice con Mitre ya pasó, yo me tengo que dedicar ahora a lo que pasa hoy para adelante.

¿Y cuándo disfrutás entonces?

Disfruto estar con mi familia, disfruto estar con el cuerpo técnico, disfruto estar con los jugadores, soy medio reacio, pero soy así, me cuesta mucho cambiar. Los viajes casi ya no los disfruto, estoy medio cansado de los viajes, pero mi cuerpo técnico y los jugadores me hacen sentir cómodo. Es parte de la vida del futbolista.

Mitre me hace sentir muy bien, muy cómodo, estoy muy bien. Te dejan trabajar tranquilo, somos un equipo. Tengo en mi cuerpo técnico, que no son muchos, a excelentes personas como el preparador físico Néstor Coria, a mi ayudante Fernando Ruiz Díaz, a sus ayudantes y colaboradores.

Decís que pensás en adelante. ¿En un año dónde te ves?

El proyecto que tengo es seguir avalando el proyecto de Mitre, de fomentar jugadores misioneros, de fomentar a las inferiores. No tengo en mi cabeza, ni mi gente piensa en otro equipo, estamos enfocados en Mitre, hasta que nos digan que tenemos que dar un paso al costado.

Queremos tratar de salvar a Mitre este año del descenso, que crezca rápidamente, que agarre experiencia y el año que viene tratar de, si se puede, clasificar mejor, pero no pensamos eso ahora.

Mitre me dejó hacer cosas que eran difíciles de lograr. Lo que se logró en este año que pasó, si no se trabaja en conjunto, es imposible. No es porque nosotros vinimos, es un trabajo en conjunto y para mí lo más importante son los jugadores, sin ellos no logramos nada.

¿Y qué le sumarías a este proyecto, a este Mitre, para crecer?

Mitre se está preocupando en buscar un lugar para entrenar a las inferiores, eso es lo primordial. Beneficiaría mucho a las inferiores y tener jugadores para poder subir al Federal A, que eso a mí me gusta. Despacito va a ir cambiando, porque recién este año Mitre está en el Federal A y es un proceso largo, no es de un día para el otro. Para tener jugadores de inferiores va a tardar cinco o seis años y eso con paciencia y con ayuda de todo el mundo, de la gente, podemos lograrlo.

¿Qué tan importante es que Mitre juegue este Federal juvenil?

Es importante porque fomenta mucho la competencia interna entre los chicos y entre los clubes del Litoral. Te hace crecer a nivel futbolístico porque juegan contra otros equipos que están entrenando y eso hace crecer a los inferiores.

Les está yendo muy bien, ganan partidos, empatan, otros pierden, pero siempre están compitiendo y eso quiere decir que se está trabajando muy bien. Es a largo plazo y son una inversión que hace el club. En el fútbol no es que uno invierte en algo y ya va a ganar plata, esto es a largo plazo y creo que Mitre está logrando ir por buen camino.

¿Te ilusionás, entonces, con un equipo misionero en Primera División?

Ojalá. Ya llegó Crucero, pero es despacito, no hay que apurarse. No es que Mitre ya tiene que ascender este año. Es un proceso. Atlético Rafaela viene de la A, de la B Nacional al Federal A y es un equipo para copiarlo.

Tenemos que entender que Misiones está lejos en el sentido del fútbol y despacito tenemos que lograr el objetivo. Es difícil, porque tenemos que cambiar todos nosotros, todo Misiones tiene que cambiar y entender, si no es difícil de lograr. Si Mitre lo logró, puede lograr cualquier otro equipo.

Ese cambio de mentalidad, que a veces tarda…

Yo digo cambio de hábito, yo siempre digo cambio de hábito, porque es el hábito el que te hace cambiar. El cambio de hábito de cuidarse, de empezar a descansar a partir del jueves y no jugar fútbol de barrio. Hoy en Mitre se dedican sólo a Mitre, no sirve ir a jugar un fútbol de barrio.

Es el cambio de hábito del jugador, el cambio de hábito del club, que cambió radicalmente y eso le hizo bien, y con la ayuda de ellos se pudo lograr todo lo que tiene.

Perfil

Miguel ‘Pico’ Salinas
DT de Mitre
Hizo inferiores en Guaraní y jugó con la Franja la B Nacional. Pasó por Vélez y Quilmes en Primera División y jugó varios años en el Argentino A con 13 de Junio de Pirané de Formosa. Regresó a Misiones para atajar en Crucero, club con el que se retiró.

Con el Colectivero dirigió en Primera División y la B Nacional. Fue DT de Guaraní en el Federal A y con Mitre logró el ascenso a esa categoría este año.

Fuente: Diego Vain, El Territorio.

Relacionados

Últimos artículos