“Yo me levanto más o menos a las 6 para ir al gimnasio. A las 9 voy a trabajar al colegio. Luego vuelvo a casa a almorzar. Voy a entrenar a la academia por la tarde, niños del club. A las 17.30 terminamos y de ahí directo a nuestro entrenamiento. A veces por el tráfico llegamos sobre la hora y ni podemos hacer el tratamiento de fisio. Y sí, a entrenar. Pero cuando vamos a estos torneos como el Mundial de Clubes nos dan la oportunidad de entrenar por la mañana sin trabajar, y te sientes muy diferente. Y dices ojalá fuéramos profesionales que pudiéramos entrar por la mañana y tener la tarde libre. Ves cómo es la vida de un profesional y piensas ‘joder, qué fácil’. Pero bueno, creo que tenemos mucha ilusión y se hace con alegría. A veces cuesta levantarse y darle otra vez a la rutina, pero vamos bien, contentos”.
Gerard Garriga es español, tiene 31 años, juega de mediocampista y lleva casi siete años en Nueva Zelanda. Allí llegó por unos meses con la idea de perfeccionar su inglés y “desconectar un poco”. Así fue que probó suerte en algunos clubes de segunda para sumar un dinero extra. Tuvo buenas temporadas. Dio el salto a primera división. Y fue creciendo. Hasta llegar al Auckland City FC, uno de los rivales de Boca en este Mundial de Clubes. El cuarto para él, luego de haber disputado tres con el viejo formato.
Pero, claro, el fútbol en NZ es amateur y los jugadores no viven de la pelota, sino que -como en las categorías más bajas del ascenso en Argentina- tienen sus trabajos aparte. De hecho, se entrenan de lunes a jueves, los viernes tienen libre, los sábados juegan y el domingo descansan de nuevo. “Al final cobramos casi nada”, cuenta Garriga. “Nosotros lo jugamos como una oportunidad, creo que es el sueño de muchos”.
En la liga de Nueva Zelanda no hay tribunas repletas y tampoco estadios como los que se conocen en Europa o Sudamérica. “A veces juegas en un parque, en medio de un parque, meten dos tolderías y ahí juegas. Otros tienen unas pequeñas gradas. Los partidos que nos vienen a ver gente, te diría que es como 300, 600 personas como mucho. Mientras que en la final de la liga, en un estadio grande, hubo 4.000 o 5.000. Eso es a lo que estamos acostumbrados. Y cuando vamos a los Mundiales de Clubes, nos cambia un poco el paradigma”.
-Hay mucho amor al fútbol en todo este sacrificio, más allá de estos premios como jugar el Mundial de Clubes.
-Creo que demostramos la pasión que sentimos por el fútbol, porque al final con las horas que le metes, los días, y al final no te repercute económicamente, porque cobramos como jugadores amateurs, pues sí que los que estamos aquí lo hacemos por pasión. Yo tengo la suerte que trabajo para el club y cuando vamos de esos torneos, no tengo problemas. Pero hay gente de mi equipo que no pudo venir a jugar la Champions de Oceanía porque el trabajo no les dejó irse. Por eso, para ir a Estados Unidos, ese mes que están acá es sus vacaciones del trabajo, así que no tienen más vacaciones. Es una explicación que la gente no se da cuenta lo que sacrificamos por el fútbol y por la pasión que tenemos todos los que estamos ahí por la pelota. Llevamos cuatro temporadas así y la gente sigue con esa pasión, con esas ganas y encantado de formar parte de este equipo porque yo soy un loco del balón, por eso estoy aquí haciendo lo que hago y me siento una afortunado, porque creo que en España nunca podía haber vivido la experiencia que estoy viviendo aquí, de jugar estas competiciones.
-¿Cómo vivieron tus compañeros y ustedes que no todos pudieron estar en la Champions?
-Fue duro para ellos, pero también eligieron tomarse el mes de vacaciones para Estados Unidos, así que creo que este año todo el mundo prefería perderse la Champions de Oceanía para poder ir al Mundial de Clubes. Para el equipo, para los compañeros, fue duro, porque al final vas a jugarte la Champions, que es el torneo más importante para nosotros, con cuatro o cinco bajas importantes, pero lo sacamos para adelante. Ahora por suerte todo el mundo está disponible y creo que con mucha mucha ilusión. Yo creo que el problema este año va a ser más cuando volvamos del Mundial de Clubes, que va a ser una bajona, porque llevamos dos, tres años esperando, y cuando volvamos será “hostias, ya ha pasado ese sueño”. Porque al final será un sueño vivirlo cada día e intentar hacerlo lo mejor posible.
-¿Cómo imaginás el Mundial de Clubes para ustedes enfrentando a clubes muy populares como Boca, Bayern y Benfica?
-Tenemos la suerte, quizás, que aunque seamos un equipo amateur, jugamos muchas competiciones intercontinentales. Ya jugamos en estadios con 75.000 personas por ejemplo frente a Al Ittihad de Benzema. Con mucho ruido. Es una sensación increíble. La primera que la primera partida es contra Bayern y estamos muy emocionados. Es el más difícil y da un poco de vértigo,¿no? Es un equipo top, entonces enfrentarte a ellos en un partido tan importante, que sea la apertura del Mundial de Clubes, es que seguramente irán con todo. Y piensas, ostras, Bayern en un buen día en su liga gana a los equipos de la primera división 7-0 y en la Champions han ganado 9-1 y se van a enfrentar a nosotros que somos un equipo amateur. Y si nosotros estamos en un día no muy bueno, te pueden meter fácilmente 20 goles, es que es la realidad. Ahí te encuentras jugadores que están en su prime y Harry Kane acaba de ganar su primer trofeo y que van a ir con todo, y si quiere ser Golden Boot pueden meterte 6 goles. Tenemos esa sensación de una ilusión increíble de jugar contra el Bayern, pero una responsabilidad también de no querer hacer el ridículo, decir que salimos del partido, competimos y estamos orgullosos de lo que hicimos. Porque al final es a lo que vamos y queremos que nuestro club, nuestra gente, Nueva Zelanda y Oceanía se sienta orgulloso de lo que somos y porque representamos a un continente donde el fútbol está creciendo y queremos hacerlo lo mejor posible para inspirar a los que vengan detrás y poder seguir creciendo.
-¿Y Boca qué te genera?
-Tal vez no llega en su mejor momento y echaron al entrenador después de perder con River, pero yo creo que es más cómo lleguemos nosotros que cómo lleguen ellos, porque creo que la diferencia entre clubes es muy grande. Es que da igual que lleguen en un buen momento o un mal momento porque tú eres relativamente tan inferior sobre el papel. Es decir, quizás que lleguen en un mal momento es peor para ti porque tendrán ganas de demostrar y de meterte los máximos goles posibles. O sea, nunca sabes qué es lo mejor. A Boca lo eliminaron de la Copa Libertadores antes de empezarla, pero es una plantilla increíble.
-Estuviste visitando la Bombonera no hace mucho…
-Estuve en la Bombonera en el verano, estuve en Uruguay y fui a Buenos Aires unos tres o cuatro días, disfruté de Buenos Aires, de Argentina, un montón. Y ahí seguí muchísimo el mercado de fichajes de Boca y la ilusión que generaba ese equipo este año con todos los fichajes que hicieron, con la plantilla que estaban creando para el año que venía. Así que sigo pensando que son una plantilla muy buena que creo que si hacen click y le empiezan a venir los resultados van a ser un muy buen equipo. Así que el Mundial de Clubes nunca sabes, porque si empiezas bien, sacas un buen resultado al principio, ellos contra Benfica, les puede dar un “boost” que les haga crecer como equipo. Y creo que los equipos sudamericanos, si llegan a la fase de eliminatoria, son muy peligrosos. Como cualquier selección de Sudamérica, cuando llega a un Mundial en fase de eliminatoria, son muy difíciles de ganar, son muy competitivos. Boca puede hacer un buen torneo. Lleguen como lleguen, porque creo que es la magia del fútbol argentino, de Sudamérica, que los jugadores y los clubes son muy competitivos.
-¿Con quién te gustaría cambiar camiseta? Del Bayern, de Boca, del Benfica. ¿Tenés alguna idea en la cabeza o se ve ahí en el momento?
-Va a ser duro, ¿no? Cuando jugamos contra Benzemá su camiseta voló. La de cualquier jugador sería un recuerdo increíble. Ya sea Kimmich, Müller, Kane. Luego Benfica, yo creo que especial ilusión es Di María, que jugó en España, jugó en el Madrid, todo lo que ha ganado, es especial. Y de Boca, siempre dije que Cavani me hacía ilusión por todo lo que ha hecho. Pero ahora también está Ander Herrera en el equipo, que toda la vida lo he seguido, lo he visto en la televisión.
-Bueno, ahí puedes tener ventaja por la nacionalidad.
-Exacto, exacto. Ojalá, pero ya te digo, tener una camiseta de Boca del Mundial de Clubes para cualquier aficionado del fútbol, tener una camiseta de esos tres equipos, es una barbaridad. La verdad que estábamos muy contentos por el grupo que nos tocó, porque eran tres equipos de sueño, porque quieras o no, Bayern, Benfica y Boca son tres equipos que siempre sueñas jugar contra ellos, porque a veces, sin faltar el respeto, hay otros clubes en el Mundial de Clubes que quizás no te hace tanta ilusión tener la camiseta, pero los tres clubes que tenemos en el grupo es una pasada. Pero a la vez, pensando en competir, pues va a ser muy difícil. Ojalá nos hubiera tocado un equipo de menos nivel para poder competir más, pero bueno, es lo que hay y vamos a intentar hacer lo mejor posible.
-¿En tu visita a la Bombonera te llevaste algún recuerdo?
-Iba con mi novia, su hermana y la pareja de la hermana de mi novia, que él es de Nueva Zelanda, y él se compró una remera. Y ahí lo ayudé un poco. Porque me preguntó cuál se compraba, de qué jugador, y yo le dije “si te compras una de Boca, tienes que comprarte la de Riquelme, sí o sí, la de Maradona o la de Riquelme”. Así que se compró la de Riquelme. Yo no me compré ninguna porque espero tenerla en el Mundial de Clubes. Espero tener la oportunidad de tener la de algún jugador de ahora.
-Tal vez a Riquelme lo cruces también en el Mundial de Clubes, siendo el presidente de Boca
-Sí, nunca se sabe. Yo creo que también deben estar en otras zonas del campo. Pero sí, nunca se sabe. Ojalá no tenga la oportunidad de sacarme una foto con un mito como Riquelme.