“Es su otro yo”, cuentan desde Boca Predio para describir la relación entre Juan Román Riquelme y Mariano Herrón, el entrenador elegido por el propio presidente xeneize para suceder a Fernando Gago, luego de la catastrófica eliminación de la Copa Libertadores en la fase preliminar y el que sería -según la dirigencia- el último partido del ciclo frente a Rosario Central.
La historia de Herrón con Román es increíble. Fue compañero en sus primeros pasos en La Paternal, después perro de presa elegido por el DT Chiche Sosa para perseguir por toda la cancha al joven crack de Boca en 1999 y desde hace varios años hombre de extrema confianza en el predio y en el palco en cada partido en la Bombonera. De hecho, estaba al lado del presidente el martes frente a Alianza Lima.
Por ahora fueron tres interinatos con ocho partidos en total, donde sacó cuatro victorias, dos empates y dos derrotas. Y si bien en cada oportunidad fue muy ubicado y habló de “ayudar” sin pensar más allá, obviamente a su gente le suele repetir que se siente preparado para el gran desafíó.
Y ahora, Román está decidido a dejar los esquemas “raros” de Gago y volver a las fuentes con un entrenador de la casa que por sobre todas las cosas busca “un equipo ordenado”. Herrón, con quien se conoce a la perfección, cumple con esos requisitos.