Con una carrera en ascenso y una dedicación inquebrantable, Paula Rivero, joven squashista oriunda de Misiones, se prepara para representar a la Argentina en dos competencias internacionales de alto nivel: los Juegos Panamericanos Juveniles en Paraguay y los Panamericanos de Mayores en Brasil. Con orgullo, compromiso y claridad en sus objetivos, Rivero compartió sus sensaciones en la antesala de este doble desafío.
“Cada torneo es un torneo diferente y este se nota que va a ser uno bastante grande”, afirmó Rivero al referirse a la magnitud de las próximas competencias. “Tengo la seguridad de que me estoy sintiendo bien dentro de la cancha después de haber estado por España, por Paraguay también, y una vuelta por Misiones con nuevos entrenamientos, diferentes técnicas, tácticas y modos de pensamiento que me abren también como deportista a experimentar”.
Además de acumular experiencia en Europa y Sudamérica, Rivero tuvo la oportunidad de medirse con jugadoras de nivel internacional: “En España pude jugar diferentes torneos con gente de Europa con ranking mundial de 150 y un poco menos”.
La primera parada será en Asunción, donde competirá en los Juegos Panamericanos Juveniles junto a la selección argentina. “Es como unas mini Olimpiadas Panamericanas, que la verdad que es un orgullo para mí y para nuestra selección de squash participar”, expresó con entusiasmo. Además, celebró un detalle simbólico que refuerza el sentido de pertenencia: “Nos dieron todo un equipamiento de parte de LeCoq que está hermoso. Es la primera vez que nos dan ropa así de selección oficial, así que estamos todos re felices”.
Luego, sin descanso, partirá a Río de Janeiro para disputar los Panamericanos de Mayores: “El 17 me vuelvo para Buenos Aires y el 19 ya parto directo para Río”, contó. Sobre la diferencia entre ambas competencias, explicó: “Los panamericanos de Paraguay son juveniles, por lo que son hasta los 23 años. En cambio, los de Río son hasta donde te dé el cuero, básicamente”.
Pese al cambio de categoría y el mayor nivel de exigencia, Rivero se siente preparada: “Me siento ya con un poco de experiencia, con el conocimiento de los jugadores con los que me puedo llegar a enfrentar y del nivel al que me puedo enfrentar. Sé el nivel que tengo y lo que adquirí durante los años y también sé lo que puedo llegar a demostrar en estos torneos”.
Con una destacada trayectoria junto a Segundo Portabales, su compañero de dobles y pareja en la vida, Paula se posiciona como una de las principales referentes del squash juvenil argentino. “Hemos ganado ya tres sudamericanos y dos panamericanos, todos invictos”, subrayó con orgullo.
En cuanto al plano profesional, Rivero se encuentra actualmente ranqueada en el puesto 290 a nivel mundial: “Arranqué a jugar el año pasado, pero justo en el momento donde me había anotado en torneos profesionales, tuve una lesión y me tuve que dar de baja de varios. Ahora que volví, viajé a Europa y a Paraguay, pude volver a subir un poco”.
Sobre el circuito internacional, explicó: “Lo que jugamos nosotros se llaman PCAs, que son torneos profesionales de squash. Se arranca desde los satélites de mil dólares y después pasás a los Challenger que pueden ser de 3.000, 6.000 hasta 15.000 dólares. Todos esos torneos te van sumando puntos para el ranking mundial”.
En el último tiempo, también recibió un reconocimiento institucional: “Nos invitaron después de que me fui por una beca a Barcelona dos meses, tuve algunos resultados y les gustó. Me hicieron un video donde me felicitaban y dimos a conocer un poco más el squash, que no es uno de los deportes más conocidos”.
Sobre la reciente incorporación del squash al calendario olímpico, Rivero celebró la noticia aunque reconoció las dificultades: “Ahora pusieron los reglamentos de cuántos jugadores van a ir a estos Olímpicos y van a ser nada más que 16 jugadores de todo el mundo. Se achica mucho el tema de la clasificación. Está complicado”.
De cara a los Panamericanos, Paula es clara con sus metas: “Con mi equipo y mi compañero de dobles estamos bastante seguros de que vamos a llegar por lo menos a un podio. Queremos una medalla de oro de vuelta, queremos seguir invictos”.
A nivel individual, va con un objetivo firme: “Quiero tener el mejor rendimiento posible. Me gustaría mucho tener un muy buen rendimiento, ya que en los anteriores torneos no me sentía tan segura por la lesión que tuve y no me sentía bien dentro de la cancha”.
Agradecida por el acompañamiento, también dejó un mensaje especial: “Mandar un saludo a mi mamá, a toda mi familia, a mi entrenador de siempre, José María Ramírez, y nada más que agradecer por el apoyo que tengo detrás”.
Sobre los rivales a vencer, advirtió: “El anterior con el que más peleado estábamos era Perú, pero ahora cambiaron las parejas. Así que podría llegar a serlo Perú nuevamente o en todo caso Ecuador, que fue uno de los contrincantes con los que habíamos perdido en un torneo pasado”.
Paula Rivero no solo lleva consigo la bandera argentina, sino también el espíritu de una provincia que sigue con orgullo cada uno de sus pasos en la élite del squash internacional.
Fuente: Primera Edición.