Las consecuencias de la crisis que está atravesando River se empezaron a certificar. Marcelo Gallardo decidió dejar de lado a dos jugadores de peso -quizás dos de los mejores ejemplos del pico negativo del plantel- y no incluirlos en la nómina de convocados para el partido del domingo frente a Vélez. Paulo Díaz y Miguel Ángel Borja no quedarán concentrados y verán desde afuera el último partido de la fase de grupos. Definitorio para la clasificación a los playoff pero, sobre todo, en la pelea por la Libertadores.
Resistidos por su bajísimo rendimiento en 2025, la situación de Díaz y de Borja están conectadas: si para el Colibrí fue un último punto de inflexión con la gente el penal errado en el último minuto ante Gimnasia, el que pudo haber igualado un partido que se disputó en un Monumental volcánico, el rendimiento del chileno en la Bombonera terminó de quitarlo del mapa. Y del mismo modo que la baja del colombiano es otra señal inequívoca de que a fin de año no renovará, lo del Bombero puede interpretarse también como un indicio de final de ciclo.
Con 9 partidos en el semestre, Díaz perdió el puesto con el repescado Lautaro Rivero, uno de los refuerzos de la cantera que -de vuelta de su cesión en Central Córdoba (SE)- se acopló tan rápido y bien que hasta sumó su primer llamado a la Selección (Lionel Scaloni lo llevó a la gira de octubre por los Estados Unidos; el defensor debutó ante Puerto Rico).
Aquella imagen de zaguero impenetrable que el chileno había dejado hasta 2024 quedó archivada debajo de varios errores. Su falta de tensión y de criterio al ir a disputar con Milton Giménez la pelota que derivó en el 0-1 ante Boca y su liviandad para dejar pasar una pelota que pudo derivar en un penal en contra en el Súper fueron sus últimas imágenes en campo. Y le alcanzaron al Muñeco para pasar el cutter.
Lo de Borja es más profundo: un año con espasmódicas presencias en la red contrastó mucho con aquella versión killer que MAB mostró en la era de Martín Demichelis. Y es tan cierto que su biotipo no hace match con lo que Gallardo pretende de los centrodelanteros como que cuando tuvo las posibilidades de convertir con simpleza, falló más de lo que marcó. Tanto es así que en la Bombonera pasó inadvertido pese a haber entrado para potenciar el ataque.
El otro mensaje: un 40% de pibes
Gallardo eligió dejar un mensaje cuando este sábado, además de prescindir de Paulo y Borja, convocó a nueve juveniles. Casi un 40% de los citados son canteranos. Con matices que van entre la lógica y las novedades.
Porque a los que ya están asentados y con rodaje en continuado ( Santiago Lencina e Ian Subiabre) y a quienes habían tenido menor participación y/o convocatorias ( Cristian Jaime, Thiago Acosta, Agustín Obregón, Ulises Giménez, Facundo González) se sumó Joaquín Freitas, delantero de 18 años. Y también el regreso de Agustín Ruberto, quien fue titular en Reserva y podría ir al banco ante Vélez tras su larga inactividad por una lesión ligamentaria sufrida con la Sub 20.
Para el último partido, que decidirá la suerte del equipo de cara a los playoff pero también a la clasificación internacional, por lo pronto podría meter mano incluso entre los titulares y volver a sorprender ya en la estructuración de una alineación que, como nunca, posiblemente incluya novedades como último golpe de reacción.




