El básquet europeo podría estar ante uno de los cambios más importantes de su historia. La NBA y la FIBA confirmaron que dieron un nuevo paso formal hacia la creación de una liga profesional conjunta en Europa, un proyecto que viene gestándose desde hace años y que ahora comenzó a tomar forma concreta.
Según informaron ambas organizaciones, a partir del próximo mes (enero) se iniciará el proceso de diálogo directo con clubes, propietarios e inversores para evaluar su participación en la futura competencia. No se trata ya de una idea en estudio, sino de un plan en fase de construcción activa.
Un modelo híbrido: plazas fijas y mérito deportivo
Uno de los puntos centrales del proyecto será el formato competitivo, que buscará combinar el modelo estadounidense con la tradición europea. La liga ofrecería plazas permanentes para algunos clubes, pero también incluiría un sistema de clasificación anual basado en el mérito deportivo, algo clave para alinearse con la lógica del deporte en Europa.
Ese acceso se daría a través de competiciones organizadas por la FIBA, como la Basketball Champions League, o mediante un torneo especial de final de temporada. En principio, cualquier club afiliado a una liga reconocida por la FIBA tendría la posibilidad de ganarse un lugar.
“El formato respeta los principios del modelo deportivo europeo y ofrece a cualquier club ambicioso un camino justo hacia la cima”, explicó Andreas Zagklis, secretario general de la FIBA.
Aunque todavía no hay definiciones cerradas, uno de los esquemas más avanzados que manejan NBA y FIBA es una liga de 16 equipos, con 12 plazas permanentes y cuatro lugares rotativos que se renovarían cada temporada según el rendimiento deportivo.
El objetivo de trabajo es que la competencia comience en octubre de 2027, aunque tanto el calendario como la cantidad final de equipos aún están sujetos a negociaciones y aprobaciones formales.
Europa, un semillero clave para la NBA
El impulso detrás del proyecto no es casual. Europa se convirtió en una de las principales fuentes de talento de la NBA, con figuras que hoy dominan la liga: Nikola Jokic, Giannis Antetokounmpo, Luka Doncic, Victor Wembanyama y Lauri Markkanen, entre otros. Actualmente, uno de cada seis jugadores de la NBA es europeo, una proporción que no deja de crecer.
Las conversaciones se aceleraron notablemente alrededor de los Juegos Olímpicos de París 2024, y a comienzos de este año el propio Zagklis apareció junto al comisionado Adam Silver en Nueva York para anunciar públicamente que el proyecto avanzaba.
Desde entonces, el proceso tomó velocidad. JPMorgan y el Grupo Raine fueron incorporados como asesores para trabajar en los aspectos financieros y estratégicos de la iniciativa.
“Las conversaciones con distintos actores en Europa reforzaron nuestra convicción de que existe una oportunidad enorme para crear una nueva liga en el continente”, afirmó Silver.
Ciudades apuntadas y presencia creciente
Si bien no hay sedes confirmadas, los países y ciudades que aparecen como principales candidatos incluyen a Inglaterra (Londres y Manchester), Francia (París y Lyon), España (Madrid y Barcelona), Italia (Roma y Milán), Alemania (Múnich y Berlín), además de Atenas y Estambul.
La NBA, además, sigue reforzando su presencia en Europa. A mediados de enero, Memphis Grizzlies y Orlando Magic disputarán partidos oficiales de temporada regular en Berlín y Londres, un nuevo gesto de expansión y acercamiento al público europeo.
La futura liga NBA-FIBA apunta a elevar el nivel competitivo, atraer inversión global y ofrecer un producto con mayor impacto comercial y deportivo. También plantea interrogantes sobre la convivencia con las ligas tradicionales y el equilibrio del ecosistema europeo.
Por ahora, lo cierto es que el proyecto dejó de ser una idea lejana. La NBA y la FIBA ya pusieron la pelota en juego, y el básquet europeo empieza a mirar un futuro que promete transformar el tablero como nunca antes.



