La olla a presión estalló el sábado, cuando los futbolistas de Banfield tomaron la determinación de no presentarse al entrenamiento. El técnico del equipo, Pedro Troglio, había dispuesto una práctica por la mañana en el estadio Florencio Sola, pero los jugadores decidieron parar la pelota en señal de protesta por el atraso en el pago de los salarios. Desde el plantel aducen que llevan tres meses sin cobrar. Y la paciencia parece haberse agotado.
El grupo tuvo el domingo libre y este lunes está citado para entrenarse en el predio que el club posee en Luis Guillón. Pero en el Taladro impera la incertidumbre. Mientras la dirigencia encabezada por Matías Mariotto busca resolver el conflicto, la medida de fuerza podría continuar si el club no paga el monto adeudado o logra, al menos, acordar un plan de pagos.
La situación económica de la institución es delicada y no sólo afecta al plantel profesional, sino que también golpea a otras áreas del club. El sábado hubo paro general de empleados, a los que también les deben dinero. Y si bien la sede permaneció abierta, no se desarrollaron actividades deportivas ni administrativas. Los empleados nucleados en Utedtyc y los docentes del instituto educativo de Banfield ya habían tomado medidas de fuerza la semana pasada.
El Taladro está inhibido
El Taladro además se encuentra inhibido como consecuencia de una deuda de 165.000 dólares con el club León de México por el pase de Nicolás Sosa Sánchez. Los dirigidos por Troglio están citados para entrenarse, pero hay incertidumbre.
