Con apenas 14 años, Camila González es una de las principales promesas del básquet femenino de Misiones. La joven pivot arrancó su carrera en CAPRI, tuvo un paso por Mitre y hoy es titular en el U15 de Obras, en Capital Federal. Desde allí, trabajará para cumplir su sueño. “Quiero llegar a la Selección argentina”, dijo.
Hace poco más de cuatro meses, Camila armó las valijas y se fue a vivir con su mamá Natalia a Baires. Dejó en Posadas a papá Hugo y su hermano Matías, además de la escuela y amigas. Pero el destino lo ameritaba: iba a jugar en Obras, uno de los históricos clubes del básquet argentino, que le abrió las puertas después de ver su talento y condiciones.
Pero ¿cómo empezó esta historia? Cami practicó varios deportes a lo largo de su vida como fútbol, natación, gimnasia artística y patín… hasta que un día, con apenas 9 añitos, decidió ir a probar el básquet en el CAPRI.
“Lo hacía como un hobbie y hasta entonces, lo único que sabía era que la pelota debía entrar en el aro. Después me empezó a gustar más y comencé a jugar los partidos oficiales y las competencias. Ningún otro deporte me dio el sentimiento que me dio el básquet y me dije a mí misma que iba a intentar dedicarme a ésto”, contó la joven jugadora a El Deportivo.
Cami compitió durante tres años con CAPRI cuando decidió llevarse su talento a Mitre, donde participó dos años. Mientras tanto, Natalia y Hugo, sus papás, empezaron a analizar la posibilidad de que Cami pruebe en algún club de Buenos Aires y arrancaron a organizar una especie de gira por varios clubes de CABA para darle la chance a Cami de buscar otros rumbos.
Ese viaje arrancó a fines de 2024 con unas prácticas en el club Ramos Mejía porque sus papás conocían a una entrenadora que los invitó, después fueron a probar en Boca. “En ese entonces no pensamos que nos íbamos a quedar”, contó Natalia a El Deportivo.
“Estábamos cerca de Obras y decidimos ir, vimos que estaban jugando con otros clubes y pasamos a preguntar si habían pruebas, total el ‘no’ ya lo teníamos. Le preguntamos a una entrenadora que vimos y nos dijo que al otro día había una prueba para chicas de mi categoría. No podíamos ir porque justo ese día teníamos la prueba en Boca, pero nos avisó que en enero de este año iban a probar de nuevo”, contó Camila.
Llegó 2025 y la familia González preparó las valijas, esta vez rumbo a Obras para la prueba de Cami. Se encontraron con la entrenadora Carolina Schiavoni y arrancó una semana de prácticas hasta que le ofrecieron la posibilidad de quedarse y jugar. La familia no dudó y poco después llegó la mudanza de Natalia y Camila.
En ese entonces, desde el cuerpo técnico le avisaron que la querían en el plantel, que seguiría entrenando para ganarse un lugar en el equipo femenino. Pero para el primer partido, el 4 de marzo pasado ante Galicia, la entrenadora Schiavoni la puso como titular en el duelo válido por la liga de la Federación de Básquetbol del Área Metropolitana de Buenos Aires (FeBAMBA).
“Ese primer partido perdimos porque no nos conocíamos mucho con las chicas, recién estábamos entrenando juntas. Pero desde entonces aprendimos un montón y ahora nos estamos entendiendo más”, indicó Camila.
De ahí en adelante, la pivot entrena todos los días de la semana durante tres horas, también los sábados y los domingos hay partido. “Fue un proceso complicado. Dejé todo lo que tenía acá, a lo que estaba acostumbrada para irme a Buenos Aires y fue difícil, pero me fui acomodando”, aseguró.
Por las vacaciones de invierno, desde el club le dieron unos días y se vino a Posadas a ver a su papá y hermano. El 1 de agosto se vuelve porque el 3 hay partido y regresa a su vida en CABA que incluye clases en el Instituto de River Plate con todas sus actividades deportivas y después los entrenamientos con Obras. “Al principio no estaba acostumbrada, es muy diferente el ritmo a Posadas, fue un golpe fuerte pero siempre fue nuestro sueño, ¿para qué íbamos a esperar tanto?”, dijo Camila.
En cuanto a Obras, la jugadora de U15 aseguró que “jugar con su camiseta se siente muy lindo porque fue nuestro sueño desde que empecé a jugar” y para prueba de ello está un mensaje que Natalia le mandó al Instagram de Obras preguntando cómo podía hacer para llevar a Cami a probar. “Ella era mini, recién había empezado y se ve que desde entonces yo ya quería que vaya a Obras”, contó Natalia.
Desde ese gigante del básquet nacional, Cami va en busca de conquistar su principal sueño. “Quiero llegar a la Selección argentina y también a la WNBA, que es un nivel muy grande competencia. Ahora quiero enfocarme en mí y trabajar en mi juego, no tengo algún referente de como quiera ser, quiero mejorarme a mí misma”, cerró.
Fuente: Primera Edición.