Fue MVP dos veces de la NBA y tiene una insólita deuda hace 15 años con Messi: Steve Nash con Olé

6 de abril de 2010. Noche de Champions en el Camp Nou. El Arsenal sorprendía de arranque en tierra catalana y, con un gol de Nicklas Bendtner a los 18 minutos, se ilusionaba con dar el golpe ante el Barcelona, vigente campeón de Europa y del mundo. En ese momento, el equipo inglés estaba a un paso de meterse en semifinales. Pero la alegría fue efímera. Duró apenas dos minutos.

Porque ahí se despertó Lionel Messi. Con 22 años y recién consagrado con su primer Balón de Oro, la Pulga firmó una de esas noches que empezaron a separarlo del resto. Marcó tres goles más después del empate y selló el primer póker de su carrera: cuatro gritos para destrozar al Arsenal y meter al Barça en semis.

Esa misma noche, en Arizona, a más de 9 000 kilómetros y un océano de distancia, Steve Nash, uno de los mejores bases de la historia de la NBA, vivía sus años más plenos y se preparaba para otra de las tantas batallas ante Manu Ginóbili. Al día siguiente, sus Phoenix Suns se medirían con los Spurs del bahiense. Pero el nacido en Sudáfrica y canadiense por adopción (sus padres se lo llevaron de muy chico de Johannesburgo para alejarlo del Apartheid) se permitía rendirle honor a otro argentino.

“Messi destrozó al Arsenal. Le debo una cerveza bien fría”, escribió en Twitter el basquetbolista confeso hincha del Tottenham -eterno rival del Arsenal-, un amor que heredó de su padre y de sus abuelos ingleses.

15 años y seis meses después, desde Los Ángeles, donde supo brillar con los Lakers en los últimos años de su carrera, Steve Nash reconoce que aquella deuda aún no fue saldada. “Sigue vigente, je. Siempre estaré dispuesto a invitarle una cerveza fría a mi héroe Leo, eternamente. Me encantaría”, expresó con una sonrisa ante el micrófono de Olé desde los estudios de Amazon en Culver City, donde, a sus 51 años, se prepara para estrenar una nueva faceta: será comentarista de la NBA para las transmisiones en Estados Unidos de Prime Video, la plataforma que desde esta temporada llevará la mejor liga del mundo a más de 200 países, con innovaciones que prometen cambiar la forma de ver el deporte.

El amor por Messi del dos veces MVP es tal que, en 2012, cuando fichó para los Lakers, pidió usar la N° 10 en su homenaje. “Es el mejor deportista de todos los tiempos. Quizá porque el fútbol es el deporte más grande del mundo”, se rindió, poniéndolo por encima incluso de cualquier basquetbolista y del mismísimo Maradona, a quien también admira.

Más allá de sus años de gloria en la NBA, donde fue All Star ocho veces aunque jamás pudo lograr un anillo, Nash es un tipo futbolero. “Veo mucho más fútbol que básquet”, admitió más de una vez. De hecho, es accionista del Mallorca en LaLiga y copropietario del Vancouver Whitecaps en la MLS. Este año, cosas del destino, el equipo canadiense eliminó al Inter Miami de la Pulga en semifinales de la Concachampions.

¿Y en cuanto al fútbol argentino? La mística de la cancha de Boca lo enamoró, incluso en una noche poco feliz en la historia Xeneize. “La Bombonera es un lugar muy especial. Fui a conocerla y vivir allí una noche de Copa Libertadores: la vuelta con River en 2015. Lamentablemente se suspendió en el entretiempo (NdR: fue la jornada del gas pimienta), pero fue increíble ver la pasión, la energía, la rivalidad entre esos dos grandes clubes. Una experiencia realmente única”, cerró, dejando más que clara su inclinación doméstica.