La cuenta oficial de Alpine no solo se nutre de posteo sobre sus pilotos o carreras de la Fórmula 1 como Franco Colapinto, sino de historias, como la que publicó este jueves respecto de una persona que trabaja en la fábrica luego de un hecho fortuito por el que cumplió su sueño.
Se trata de Alex Hallam, quien por faltar un día al colegio terminó uniéndose a la escudería francesa para trabajar en la sede inglesa de Enstone.
La en ese entonces adolescente debía ir al colegio a participar del Día del Deporte, para participar en las pruebas de salto en alto y los 100 metros llanos, pero terminó decantándose por el automovilismo. Esto fue así porque decidió faltar e ir a ver los ensayos del Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone.
“No debería decir esto, pero no creo que me meta en problemas ahora ”, dijo la protagonista de esta historia. “Pero ese día en Silverstone me cambió la vida. Lo único que quería después de ese día era formar parte de la Fórmula 1; nunca antes había estado tan obsesionada con algo, y quería construir coches de carreras. Ese era mi objetivo”, agregó.
Alex fue a la universidad a estudiar automovilismo y conoció a una exalumna que se había graduado y se había unido a Alpine. Inspirada en seguir sus pasos, al reencontrarse unos años después, se hicieron muy amigas. Tras ocho años en Alpine trabajando en el taller de materiales compuestos, Alex es actualmente Jefa Adjunta de Célula del Turno de Día, lo que implica la superposición de moldes y la supervisión de la lista de tareas de producción.
Ella y su equipo trabajan con láminas de fibra de carbono para crear piezas que luego se curan en uno de los grandes hornos de Enstone bajo alta presión y calor para fabricar las piezas de fibra de carbono increíblemente fuertes, pero livianas, que se ven en el automóvil.
“La forma más sencilla de explicarlo para alguien que no entiende el proceso es que es como trabajar con papel maché refinado”, dice Alex. Con tantas piezas que fabricar, ya sea la suspensión, los alerones delanteros y traseros, el chasis o el suelo, el departamento, con entre 100 y 150 empleados, trabaja en cuatro turnos diferentes (incluso nocturnos) para satisfacer la demanda. Toda la operación demuestra lo valiosa que es la colaboración para gestionar la alta presión de trabajo.
“La mayoría de nuestros trabajos no se pueden completar solos”, dice Alex. “Además, siempre surge algo, así que hay que resolver muchos problemas, sobre todo con las limitaciones de tiempo que tenemos. Por ejemplo, puede que nos pidan terminar una pieza al final del día, y al mirar el plano te das cuenta de que no es posible. Pero la gran experiencia que tenemos en nuestro departamento significa que alguien puede sugerir una idea o una solución que otro compañero podría no haber visto”, cuenta.
Alex trabaja y ayuda a gestionar el turno de día en Enstone, pero se asegura de que las líneas de comunicación estén fluidas para que los trabajadores del turno de noche puedan retomar las tareas de inmediato y no pierdan tiempo antes de empezar a trabajar. Todo esto forma parte de la fluida operación que mantiene la producción en marcha las 24 horas y el sistema en marcha.