El uno por uno de River en la goleada ante ante San Martín de Tucumán por Copa Argentina

Atrapó un potente zurdazo de Soraire contra el palo, tapado por tres defensores, y desvió al córner un tiro libre del 8. Cortó un pelotazo del rival de cabeza afuera del área.

La figura. Definición de nueve con su empeine diestro para abrir el marcador y marcó el 3-0 en un partido que había arrancado con una perdida con Castro y rematando alto un rebote frente al arco.

Asistió a Montiel con un anticipo bárbaro de cabeza, rechazó un centro picante delante de Armani y cubrió con jerarquía la espalda de Montiel. Preciso en la salida.

Sumó seguridad en el ST, con rechazos de cabeza y un gran cierre ante Franco García a espaldas de Acuña. Falló pases desde el fondo por exceso de confianza aunque mostró firmeza en el juego aéreo para anticipar y rechazar.

Con su intensidad habitual por la banda a pesar de cierta desprolijidad en la salida. Se juntó bien con Galarza y Colidio y metió sus centros con rosca que siempre llevan peligro para el rival.

Falló un mano a mano en el final, habilitó a Borja con un pase filtrado de zurda a lo Juanfer. Activo en la circulación de juego aunque con pérdidas riesgosas. Efectivo en la marca como auxilio de Enzo Pérez y custodio del pibe Lencina. Terminó como volante central.

El dueño del mediocampo por jerarquía para ubicarse, retroceder y recuperar pelotas con robos o captación de rebotes. Efectivo en los pases aunque -sin de profundidad- y agotado en la segunda mitad.

Tiró el centro que bajó Pezzella en el gol de Montiel y participó en la jugada del 2-0. Mostró buena lectura de juego en cada decisión.

Habilitó con lucidez a Borja en el primer ataque del equipo y también dejó al 9 de cara al arco luego de robarle la pelota a Guillermo Rodríguez. Si bien por momentos se cerró demasiado, reflejó calidad y carácter.

Asistió a Galoppo con inteligencia. Sand le tapó dos mano a mano con el pie: un zurdazo con el pie y un derechazo cruzado. Rebotó bien de espaldas (dos veces de taco) y se movió con mayor intensidad que en sus últimos partidos, como pretende Gallardo. Remató muy alto otra chance clarísima.

Imparable en cada arranque, armó un jugadón que terminó con un derechazo desviado, como una mediavuelta de zurda desde la medialuna. Asistió a Montiel en el 3-0.

Sumó calidad y claridad en el ataque en cada toque pese a que todavía se nota que falta intensidad en sus movimientos. Participó en la acción del 3-0 con un par de pases cortos filosos. Jugó 31’ por Lencina.

Le dio un respiro al equipo al convertir el 2-0 en una de sus primeras intervenciones y equilibró el mediocampo en 27’ por un cansado Enzo Pérez.

Utilizó el mejor 11 posible y ni siquiera aplicó rotación en los cambios, ya que apenas hizo dos. Le dio confianza a Pezzella y a un Borja mucho más enchufado.