El 2 de agosto de 2023, Jorge Brito confirmó en un programa de televisión el regreso de Manuel Lanzini a River y generó una revolución. La silenciosa negociación sorprendió a los hinchas, una bomba que supo alegrar a todo Núñez por ser un chico de la casa. Pero aquella expectativa, potenciada por el hecho de volver tras un importante paso en la Premier League con el West Ham, se fue esfumando y dos años después de aquel anuncio rimbombante del ya ex presidente cambió la banda roja por la V azulada.
Si el comienzo de nuevo ciclo en River supo hacer ruido, también su salida a Vélez. Porque cuando el volante se despidió del club a través de sus redes sociales agradeciéndoles a directivos, compañeros e hinchas, pero obviando en su carta de adiós a Marcelo Gallardo, tácitamente expuso su bronca con un entrenador del que esperaba, acaso, una enésima oportunidad. Un Muñeco con el que se reencontrará este domingo en el Amalfitani, con quien quizás cruce un gélido y cordial saludo para las cámaras, pero con quien quedó dolido.
Lanzini, una fija en este equipo de Guillermo Barros Schelotto, se mudó a Liniers luego de que MG l e comunicara cara a cara que su ciclo en River estaba terminado en el inicio de la última pretemporada. Tanto es así que lo relevó de la #10, que le fue entregada a Juan Fernando Quintero mientras Manu todavía era parte del staff, con contrato hasta diciembre.
Su dorsal, de hecho, fue borrado del sitio oficial durante su estadía trabajando a contraturno con los ya prescindibles Federico Gattoni (sigue en el club), Matías Kranevitter (se fue al Karagümrük turco), Rodrigo Aliendro (su compañero en Vélez), Leandro González Pirez (Estudiantes), Matías Rojas (Portland) y Gonzalo Tapia (San Pablo).
Ante el interés explícito del Mellizo, rescindió y firmó con Vélez por un año y medio, con una cláusula de renovación automática por un año más si cumple objetivos en 2026. “Fue otra etapa hermosa, con aciertos y errores, porque no siempre las cosas salen como uno sueña”, expresó en su adiós.
Ya con tres goles anotados en nueve partidos con la V en el pecho (más una asistencia), Lanzini no pareció terminar de digerir aquella decisión de MG. El mismo deté que le había bendecido su renovación de contrato en diciembre del año pasado pensando en que lograría darle constancia al rendimiento que Manu había mostrado en el triunfo 1-0 en la Bombonera de 2024.
Seis meses de bonus track que el creativo no supo aprovechar: aunque arrancó el año como titular y enfrentó al Inter en el Mundial de Clubes, acabó promediando sólo 38 minutos en 14 partidos y en total disputó 59 encuentros con dos goles (el otro a Independiente del Valle) y una asistencia, poco para un jugador que venía de jugar ocho temporadas en la elite de Inglaterra.
En Vélez, Manu parece haber encontrado su sitio. “Cuando jugás con un verdadero 10 pasan estas cosas. Y cuando tenés un DT que sabe darte confianza, aún más”, posteó su papá Machi tras aquel golazo ante San Martín SJ, el primero que hizo en el Fortín. Una herida, abierta.
El gol de Lanzini a Boca en 2024
Manu Lanzini –
El 1 a 0 de Lanzini desde la tribuna y la reacción de los hinchas de Boca
Video: Catalina Sarrabayrouse



