A 19 años de la vuelta de Ortega a River y el histórico doblete de Palermo a Banfield

En la memoria colectiva de los hinchas del fútbol argentino se almacenan una inconmensurable cantidad de recuerdos. Tanto los buenos, como los no tan buenos. Pero claro, las alegrías y las tristezas quedan grabadas a fuego no sólo en los simpatizantes de los respectivos clubes, sino que también en los protagonistas.

Y es que esa tarde del domingo 6 de agosto de 2006 no fue una cualquiera. Tampoco era un comienzo de Campeonato Apertura común y corriente. Primero, porque un tal Ariel Arnaldo Ortega volvía a su River querido. Segundo, dado que Martín Palermo emocionó a todos los futboleros de ley al marcar dos goles a Banfield un día después de haber perdido a su hijo Stefano horas después de su nacimiento.

El regreso del Burrito al Millonario

Luego de una polémica travesía por el Fenerbahce de Turquía, en donde sólo disputó 14 partidos, anotó cinco goles y fue sancionado por, supuestamente, haber regresado tarde de una gira con la Selección Argentina en 2003, y su paso por Newell’s, equipo al cual lideró a la consagración de la Lepra del Apertura 2004, el Burrito regresó a ponerse la camiseta de la banda roja tras cuatro años.

En la victoria por 2-0 ante Lanús en La Fortaleza, Daniel Passarella, en ese entonces deté de River, mandó al jujeño a la cancha a los 19 minutos del segundo tiempo por un joven pero prometedor Gonzalo Higuain, que más tarde se marcharía sin escalas al Real Madrid.

El ex Valencia mostró destellos de su jerarquía y hasta incluso pudo concretar el 3-0, pero el palo izquierdo se lo negó. Además, Federico Lussenhoff, central proveniente de Colón, y Fernando Belluschi, que compartió equipo con Ortega en Newell’s y salieron campeones juntos, debutaron esa misma tarde noche.

El Burrito Ortega en River.

Palermo y el partido más difícil de su vida

El día anterior a que Boca comience su camino en el Torneo contra Banfield, Palermo y su actual ex esposa, Lorena Barrichi, recibieron la peor noticia que dos futuros padres pueden recibir: Stefano, su hijo nacido de forma prematura tras siete meses de gestación y que pesaba 500 gramos, falleció a pesar del intento de los médicos en salvarlo.

“Coco, quiero jugar igual”, le dijo el Titán a Alfio Basile, en ese entonces entrenador de Boca. Mucho más tarde explicaría que “El fútbol y estar dentro de una cancha”, eran su contención, pero ya quedaba bien en claro que jugar a la pelota al día siguiente era la forma de canalizar tanto dolor.

El deté Xeneize puso al Loco de titular frente al Taladro, en una Bombonera que fue, además de alentar a su equipo, abrazar a uno de sus máximos ídolos. Y en el segundo tiempo, llegó el desahogo.

Palermo marcó un doblete ante Banfield, e hizo emocionar a todos.Palermo marcó un doblete ante Banfield, e hizo emocionar a todos.

A los 15 minutos, Sebastián Battaglia asistió al Optimista del Gol, que definió ante la salida de Cristian Lucchetti, y tras el afecto de todos sus compañeros, las lágrimas se deslizaron por las mejillas de Palermo mientras era ovacionado por toda la cancha.

Finalmente, el doblete sucedió a los 30’ y sentenció el partido por 3-0. Guillermo Barros Schelotto lo reemplazó 5’ después y el Coco lo envolvió en sus brazos para contener tantas sensaciones juntas.

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